A Miguél no se le ocurrió otra cosa que cortar lo sobrante de la enredadera a esa hora, precisamente.
Él arriba dándole a la tijera y tirando broza "pa bajo"
Yo abajo, doblando el lomo y coge que te coge ramitas.
Haz un montón, échalo en el esportón, lo llenas, lo coges y te vas a treinta metros a vaciarlo.
¡QUE FRESQUITA LA CERVEZA!
Terminada la "faena", nunca mejor dicho, Me senté con mis hermanas, mi cuñado y el mismo Miguél y tales fueron las felicitaciones por lo bien que había recogido y barrido que, me pavoneé pagando la consumición
¡ABRASE VISTO ALGUIEN MAS TONTORRÓN !
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